por María Eugenia Ponce Alcocer Las fiestas conmemorativas de septiembre de 1910 pusieron de manifiesto el papel fundamental y preponderante que el presidente Porfirio Díaz había adquirido en la historia patria y en el retablo de los héroes. Al lado de Miguel Hidalgo y Benito Juárez, la figura del presidente se apropió de un lugar en el altar de la patria como el artífice de la paz y el progreso alcanzado por el país.